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En la cocina sin fogones de Cal Lluís
trabajamos para ofrecer a nuestros amigos y clientes
un extenso surtido de platos de calidad. Constituyen
la base de la carta de la casa el jamón y embutidos
ibéricos, quesos de diversas clases y procedencias,
fondues, raclettes, ensaladas, patés y
escabeches, todo acompañado con pan hecho en horno de
leña y completado con postres de elaboración propia,
cremas heladas o chocolate. Una selección de cafés i
tés de origen contribuye a saborear a gusto un buen
rato en Cal Lluís.
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El pan es un alimento básico de la zona mediterránea
que, con el valor añadido de la gastronomía, ha
adquirido personalidad propia en la mesa. Como
cualquier otro producto de alimentación, las
condiciones de calidad provienen de la materia prima,
la harina, y después del proceso de elaboración.
Factores como el agua y la forma de cocción (horno de
leña) otorgan al pan unas características que resaltan
el sabor y la textura de los alimentos que acompaña,
sobretodo si está preparado de la forma adecuada. Cal
Lluís, a partir de una base excelente, prepara el pan
con tomate y el pan tostado de forma exquisita, con un
punto particular y sabroso.
Aunque se puede pensar que el pan con tomate es una
comida “de toda la vida” de la gastronomía catalana,
lo cierto es que se trata de una preparación muy
reciente, a pesar de que se ha convertido en uno de
los estandartes de una cultura. De hecho, su origen
podría situarse en una “comida de pobres”, como
originariamente lo serían también el xató, la sopa
escaldada, el arroz o la coca de recapta.
Evidentemente, si el tomate llegó a la península
Ibérica gracias a los conquistadores españoles de
América del siglo XVI, su uso en la cocina se produce
entre los siglos XVI i XIX.
El periodista y gastrónomo Néstor Luján, en un
articulo (El manido pan con tomate) publicado
en La Vanguardia del día 19 de junio de 1984,
afirmaba que la primera referencia que el conocía en
la literatura catalana sobre el pan con tomate databa
de 1884. "Efectivamente, el pan con tomate, inventado
por nuestros campesinos para ablandar y amenizar las
hogazas de pan seco en verano y para aprovechar la
abundancia de tomates en un momento determinado de la
cosecha, no creo que pueda ser llamado multisecular.
En la gastronomía hay cosas que se nos antojan muy
antiguas y no lo son en modo alguno. El tomate en la
cocina es relativamente reciente", escribía Luján.
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